domingo, 4 de noviembre de 2012

Desde aquí todo se ve muy grande.




Soy un fraude, uno grande, uno bueno.

Trafico esperanzas y promesas defectuosas a personas que confían en mis productos, que creen en lo que hago. Les he estado dando la misma mercancía desde hace ya tiempo, al principio desconfiaban, sabían la verdad, pero ahora he insistido tanto que tienen fe en mí.

Mi mérito es que me ha costado, he tenido que aprender a usar y recurrir a muchos recursos, muchos de los cuales son vistos con odio, desprecio y repugnancia por los hombres  pero, el fin justifica los medios, ¿no es así Nicolás?

Siento culpa, no te mentiré, he caído bajo, muy bajo, he llegado al punto en que no sé si todavía puedo llegar más profundo, he empezado a consumir mis propios productos. Una estupidez, ¿pero sabes? Son agradables, puedo ver porque aquellos a los que engaño siguen buscando lo que ofrezco. Es fácil darme esperanzas y promesas, "Todavía se puede", "Este mes lo hago, seguro". ¿Acaso no es mucho más sencillo?

Mentir es simple si realmente lo quieres, manipular es pan comido si tienes la determinación de, amenazar es divertido si le agarras gusto, no es muy complicado ser escoria si se le agarra el truco. Yo lo he agarrado.

Es deprimente, puedo reconocerlo, me duele hacerlo, pero supongo que aceptarlo es una especie de pequeña oportunidad de salir de esto, solo que no quiero no tengo ganas de escapar, no aún, quizás más tarde, cuando sea demasiado tarde, probablemente en ese instante querré salir de esta vida. (?)

Desde aquí todo lo veo muy lejos, todo se observa muy grande, todo parece genial.


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